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La idea de PH Emocional no es nueva, Hay algunas referencias en el desrrollo humano en general, pero sobre todo en la bioenergética. Además, se trata de un concepto sumamente intuitivo.

Sin embargo, como no te beneficia en nada saber la definición de esto, al final del artículo te compartiré algunas sugerencias acerca de cómo puedes mejorar el PH de tu entorno.

Sobre el Potencial de Hidrógeno o PH

Contenido del Artículo

En este apartado seré especialmente breve, porque puedes encontrar en internet esta información más detallada en sitios especializados. Para nuestros fines, diré que el PH es una escala para medir qué tan ácida es una sustancia. La escala va desde el 0 hasta el 14, siendo el cero lo más ácido, y el 14 lo más básico o alcalino.

Las sustancias comestibles con un PH ácido, tienen un sabor agrio o ácido, como los cítricos, el vinagre a la aspirina. Y las sustancias alcalinas, poseen un sabor amargo. Ahora bien, si quieres interiorizarte un poco más sobre esto sin complicarte mucho, puedes ir a este enlace. Y si quieres saber a nivel ciéntifíco como es la reacción de autoionización del agua, puedes hacer click aquí.

Uno de los puntos interesantes que hace unos años reflotó esto del potencial de hidrógeno, fueron unas investigaciones que declaraban que un cáncer únicamente se podía desarrollar en un organismo con características «ácidas»; por lo que una alimentación alcalina podía prevenir y hasta curar el cáncer. En líneas generales, todo lo que te gusta pero trae consecuencias (azúcares, gaseosas o refrescos, harinas, frituras, etc.) contiene un PH ácido. Y lo sano (frutas, verduras, legumbres), es alcalino. Aquí te dejo un enlace bien interesante que habla de todo esto.

Sobre el PH Emocional

Tomando prestado el concepto de la química a modo de metáfora o analogía; podemos considerar el PH Emocional pero no de una sustancia, sino que aquí nos referimos al grado de acidez o alcalinidad que está presente en tu entorno inmediato, donde pasas la mayor parte del tiempo.

Podríamos pensar que en última instancia, la medida de acidez o alcalinidad del PH Emocional debería estar «en nosotros mismos» y no en nuestro entorn; sin embargo, ambas cosas son un reflejo de la otra.

Nuestras emociones se reflejan en nuestro entorno y también nuestro entorno, se refleja en nuestras Emociones.

Esta afirmación pone de manifiesto y subraya el hecho de que nuestro hábitat inmediato, influye en cómo nos sentimos día con día. Creo que es una verdad que ya la sabes, pero déjame ser un poco más enfático.

Debajo pongo dos imágenes. Observa las emociones que te suscitan la primera imagen, y luego la segunda.

Ahora repite el mismo proceso, pero con la imagen de aquí abajo.

Antes que nada, quiero aclararte que no se trata de una cuestión de tener mucho dinero o ser pobre. Un PH ácido y por lo tanto nocivo para tus emociones, puede presentarse en un ambiente de opulencia o de extrema pobreza. En este caso, únicamente trato de dramatizar los ejemplos para que quede claro el punto anterior, de que

TU ENTORNO SÍ TE AFECTA, Y MÁS DE LO QUE CREES.

 

5 Cosas que Puedes Hacer

  • Implícito en todo el artículo: comprender que tu casa, la forma en cómo vives, para bien o para mal influye en tus emociones con la fuerza de glaciar: lento pero aplastante.

 

  • Rodearte de vida siempre será una variante «alcalina» en tu entorno. Así que por favor…, no salgas corriendo a comprar una planta de plástico. Eso es espantoso, no embellece, ni mejora el PH.

 

  • Siguiendo el punto anterior…, ¿tienes una mascota? Si la respuesta es «SI», ¿cómo la tienes? ¿Disfrutas con ella o por el contrario vives quejándote por limpiar lo que ésta ensucia? Y si la respuesta es «NO»…, considera tener una. Siempre será una medida «saludablemente alcalina».

 

  • Orden, limpieza y roturas. No se trata de que limpies y ordenes porque «no te queda de otra». Se trata de «ponerle onda». Cambia las cosas de lugar, si algo te molesta muévelo, regala lo viejo o lo que ya no te gusta, y repara o cambia rápidamente lo que se ha roto.

 

  • La belleza. Éste último punto, está casi por completo en la órbita de influencia de la mujer, con las excepciones que quieras. Con muy poco dinero puedes hacer que tu casa se vea realmente bella, y no me refiero a algo que «lo haces ahora y ya está», sino que se trata de un proceso que nunca termina. Así que si eres hombre, escucha por favor a tu esposa, o a tu mamá, o a tu amiga, y hazle caso; compra el cuadro y las plantas que te dijeron que compraras.

 

¡Hasta pronto!

Federico S. Luque